viernes, 12 de septiembre de 2014

Preguntas comunes sobre la alimentación y el cáncer


Debido a que las personas tienen interés en conocer los posibles vínculos que hay entre los alimentos específicos, nutrientes o factores del estilo de vida, y los tipos de cáncer específicos, las investigaciones sobre las conductas sanas y el riesgo de cáncer a menudo son reportados en los medios. Sin embargo, ningún estudio tiene la última palabra en cuanto a algún tema en particular, y las noticias individuales pueden enfatizar demasiado en lo que aparenta ser resultados conflictivos. En los noticiarios breves, los reporteros no siempre pueden presentar en contexto los hallazgos de las investigaciones. Por lo tanto, raras veces, si es que alguna, se aconseja cambiar los hábitos alimentarios o los niveles de actividad física tomando como base sólo un estudio o una noticia. Las siguientes preguntas y respuestas hacen referencia a las inquietudes comunes en cuanto a la alimentación y la actividad física con respecto al cáncer.




Alcohol

¿Aumenta el alcohol el riesgo de desarrollar cáncer? Sí. El alcohol eleva el riesgo de desarrollar cáncer de boca, faringe (garganta), laringe (caja sonora de la voz), esófago, hígado y seno, y probablemente cáncer de colon y recto. Las personas que toman bebidas con alcohol deben limitar su consumo a no más de dos por día para los hombres y una por día para las mujeres. Una bebida se define como 355 ml (12 oz) de cerveza, 150 ml (5 oz) de vino, o 50 ml (1½ oz) de licores destilados (bebidas “fuertes”) con una graduación de 80. La combinación del consumo de bebidas con alcohol junto con el consumo de los productos del tabaco aumenta el riesgo de desarrollar cáncer mucho más que los efectos individuales que tiene cada uno por sí solos. Se ha observado una relación entre las mujeres con un consumo habitual de incluso pocas bebidas a la semana con un mayor riesgo de cáncer de seno. Las mujeres que tienen un alto riesgo de cáncer de seno deben considerar no ingerir ninguna clase de alcohol.



Antioxidantes

¿Qué son los antioxidantes y qué tienen que ver con el cáncer? El cuerpo usa ciertos compuestos en los alimentos y químicos producidos por el cuerpo llamados antioxidantes, los cuales ayudan a proteger contra el daño a los tejidos que ocurre constantemente como resultado normal del metabolismo (oxidación). Debido a que dicho daño se ha asociado con un aumento en el riesgo de cáncer, algunos antioxidantes puede que sean útiles para proteger contra este riesgo. Entre los antioxidantes se encuentran la vitamina C, la vitamina E, los carotenoides (como el betacaroteno y la vitamina A) y muchos otros fitoquímicos (químicos de las plantas). Los estudios indican que las personas que comen más frutas y verduras, las cuales son fuentes abundantes de estos antioxidantes, pueden tener un riesgo menor de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Pero esto no necesariamente significa que los antioxidantes sean responsables de tal resultado, pues estos alimentos contienen también muchos otros compuestos.


Varios estudios sobre complementos de antioxidantes no han observado que disminuyan el riesgo de cáncer. De hecho, algunos estudios han reportado un incremento en el riesgo de cáncer entre estos complementos (refiérase también las anotaciones sobre los complementos con betacaroteno, licopeno y vitamina E). Para reducir el riesgo de desarrollar cáncer, la mejor recomendación actualmente es obtener los antioxidantes directamente de comer los alimentos, en lugar de los complementos (suplementos multivitamínicos).


Betacaroteno

¿Reduce el betacaroteno el riesgo de cáncer? El betacaroteno pertenece a un grupo de antioxidantes llamado carotenoides, el cual es responsable de dar a una parte de las plantas (incluyendo frutas y verduras) su color naranja intenso. En el cuerpo, el betacaroteno es convertido en vitamina A, la cual se considera útil en la prevención del cáncer. Debido a que el consumo de frutas y verduras se ha asociado con una reducción del riesgo de cáncer, resultaba lógico pensar que tomar grandes cantidades de complementos con betacaroteno podría reducir este riesgo. Sin embargo, los resultados de varios estudios a gran escala indican que éste no es el caso. En dos de los estudios en los que se dio a las personas altas dosis de complementos de betacaroteno para tratar de prevenir el cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer entre los fumadores, se encontró que los complementos aumentaron el riesgo de cáncer de pulmón, y un tercer estudio no encontró beneficio ni daño como consecuencia del uso de estos complementos.Consumir frutas y verduras que contengan betacaroteno puede ser beneficioso, pero las altas dosis de complementos de betacaroteno deben evitarse, especialmente por los fumadores.


Calcio

¿Está el calcio relacionado con el cáncer? Varios estudios han indicado que los alimentos ricos en calcio pudieran ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y que el consumo de complementos de calcio moderadamente reduce la recurrencia de pólipos.Pero un alto consumo de calcio, ya sea a través de complementos o de alimentos, también se ha asociado a un aumento en el riesgo de cáncer de próstata.


Debido a esto, los hombres deberán procurar los niveles recomendados de calcio, pero sin excederse, principalmente a través del consumo de alimentos. Puesto que las mujeres no están expuestas al riesgo para este tipo de cáncer y están a un mayor riesgo de osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), deberán procurar los niveles recomendados para ellas, principalmente a través del consumo de alimentos. Los niveles de consumo de calcio recomendados son 1000 miligramos diarios para las personas entre 19 y 50 años de edad, y 1200 miligramos diarios para las personas mayores de 50 años. Los productos lácteos son una fuente excelente de calcio, al igual que algunos alimentos vegetales de hoja verde. Las personas que obtienen una gran parte de su consumo de calcio de los productos lácteos deben seleccionar alimentos bajos en grasa o sin grasa para reducir su consumo de grasa saturada.


Complementos nutricionales (suplementos)

¿Pueden los complementos nutricionales disminuir el riesgo de cáncer? No, al menos basándonos en lo que se sabe hasta el momento. Una alimentación rica en frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal puede que reduzca el riesgo de cáncer, pero hay poca evidencia que los complementos nutricionales puedan reducir este riesgo. Una excepción puede que sean los complementos de calcio, los cuales puede que reduzcan el riesgo de cáncer colorrectal (refiérase a la anotación sobre calcio). Puede que algunos suplementos en altas dosis aumenten el riesgo de cáncer.


Algunos complementos nutricionales pueden que sean benéficos por otras razones para algunas personas, como a las mujeres embarazadas, a las mujeres que se encuentran en edad fértil y a las personas con un consumo restringido de alimentos. Si una persona elige tomar un complemento nutricional, la mejor opción es un suplemento multivitamínico / mineral balanceado que no contenga más del 100% del “valor diario” de la mayoría de los nutrientes.

¿Puedo obtener el equivalente nutricional de las frutas y verduras por medio de una pastilla? No. Muchos compuestos saludables que se encuentran en las frutas y verduras muy probablemente funcionan en conjunto para surtir sus efectos benéficos. También son propensos a ser compuestos importantes que aún se desconocen en los alimentos enteros, y por lo tanto no se incluyen en los complementos nutricionales. Algunos compuestos son descritos como contenedores del valor nutricional equivalente al de las frutas y verduras, pero una cantidad reducida de polvo seco y comprimido en dichas pastillas a menudo contiene solamente una pequeña fracción de los nutrientes que hay en los alimentos enteros. Los alimentos son la mejor fuente de vitaminas y minerales.


Grasa

¿Comer menos grasa disminuye el riesgo de cáncer? Algunos estudios han observado que las personas que viven en países cuya alimentación contiene un nivel más elevado de grasa presentan tasas mayores de cáncer de seno, próstata y colon, entre otros tipos de cáncer. Pero estudios más detallados no han observado que el consumo de grasa aumente el riesgo de cáncer, ni que una disminución en el consumo de grasa reduzca este riesgo. Por el momento no existe mucha evidencia de que la cantidad total de grasa que una persona consume afecte su riesgo de cáncer.


Fibra

¿Qué es la fibra en los alimentos y puede ésta reducir el riesgo de cáncer? La fibra en los alimentos incluye una variedad de carbohidratos vegetales que los humanos no pueden digerir. Algunas buenas fuentes de fibra son las habas (frijoles), las verduras, los granos enteros (integrales) y las frutas. Las categorías específicas de fibras son la “soluble” (como la fibra de la avena, los guisantes, los frijoles o habichuelas y el psilio) y la “insoluble” (como la fibra de trigo, cáscara de las frutas, nueces, semillas y celulosa).


Estudios recientes sugieren que la fibra en los alimentos está relacionada con un menor riesgo para ciertos tipos de cáncer, especialmente el cáncer colorrectal. Pero no hay certeza si la fibra o algún otro componente en los alimentos con un alto contenido de fibra sea responsable de esta asociación. Estos hallazgos son una de las razones por las que la Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda comer alimentos con un gran contenido de fibra como granos enteros, frutas y verduras que ayudan a reducir el riesgo de cáncer, pero no recomienda de forma explícita el consumo de los complementos de fibra para este fin.


Folato y ácido fólico

¿Qué es el folato y el ácido fólico, y pueden éstos reducir el riesgo de cáncer? El folato es una vitamina B que se encuentra de forma natural en muchas verduras, habas, frutas, granos integrales y cereales fortificados. Algunos estudios de la década de 1990 sugirieron que una falta de folato podría aumentar el riesgo de cáncer colorrectal y de seno, especialmente entre personas que toman bebidas con alcohol. Pero desde 1998, los productos de grano enriquecidos en los Estados Unidos han sido fortificados con ácido fólico, una forma sintética de esta vitamina, por lo que la mayoría de las personas obtienen suficiente folato en su alimentación.


Algunos estudios sugieren que los complementos de ácido fólico puede que aumenten el riesgo de cáncer de próstata, de pólipos colorrectales en etapa avanzada, y posiblemente de cáncer de seno. Debido a esto y al hecho de que la mayoría de la gente obtiene suficiente folato en su alimentación, la mejor manera de consumir folato es a través del consumo de frutas, verduras y productos de granos enriquecidos o integrales.


Ajo

¿Puede el ajo reducir el riesgo de cáncer? Las afirmaciones sobre los beneficios a la salud que brindan los compuestos de alium contenidos en el ajo y otras verduras de la familia de la cebolla han recibido mucha publicidad. El ajo está siendo actualmente estudiado para ver si puede reducir el riesgo de cáncer, y unos cuantos estudios sugieren que puede que reduzca el riesgo de cáncer colorrectal. El ajo y otros alimentos en la familia de la cebolla pueden incluirse entre la variedad de vegetales que se recomiendan para reducir el riesgo de cáncer.

Por el momento no hay mucha evidencia de que los complementos con el compuesto alium puedan reducir el riesgo de cáncer.


Alimentos modificados genéticamente

¿Qué son los alimentos modificados genéticamente, y son éstos seguros de consumir? Los alimentos modificados genéticamente o que son producto de la bioingeniería se crean añadiendo genes de otras plantas o de otros organismos para aumentar la resistencia de los alimentos a las plagas, retrasar la descomposición o para mejorar su sabor, contenido nutricional, así como para añadirle otras cualidades deseadas. En años recientes, ha habido un crecimiento en el uso de la bioingeniería para producir ciertos alimentos. En los Estados Unidos, por ejemplo, la mayoría de la soja y el maíz se obtiene de semillas que fueron modificadas para ser resistentes a los herbicidas, y en el caso del maíz, para producir un insecticida natural.


Han surgido inquietudes sobre la seguridad en el uso de las semillas modificadas genéticamente. En teoría, estos genes agregados pudrían generar sustancias que podrían causar reacciones alérgicas en algunas personas, o que podrían resultar en niveles más elevados de compuestos que pueden tener efectos sobre la salud. Por otro lado, la modificación genética podría también emplearse para mejorar la salud pública. Por ejemplo, existe un interés en aumentar el contenido de folato de varios productos vegetales a través de la modificación genética.


No existe evidencia actualmente de que los alimentos genéticamente modificados que están disponibles en el mercado sean nocivos para la salud humana, o que puedan ya sea aumentar o disminuir el riesgo de cáncer debido a los genes agregados. Pero la falta de evidencia sobre daño alguno no significa que pueda interpretarse como una evidencia de seguridad, y debido a que estos alimentos han estado disponibles relativamente durante poco tiempo, los efectos a la salud humana en el largo plazo aún se desconocen. Es importante que la seguridad de los alimentos genéticamente modificados sea evaluada para asegurar que su consumo sea auténticamente seguro, así como para brindar tranquilidad y confianza en su consumo.


Entre los ejemplos de alimentos genéticamente modificados que han sido aprobados en los Estados Unidos para su venta se incluye una variedad de zanahorias, maíz, tomates y soja. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EE.UU., la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los EE.UU. y el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA) comparten la responsabilidad de supervisar estos alimentos.


Alimentos irradiados

¿Causan cáncer los alimentos irradiados? No hay evidencia de que los alimentos irradiados sean causantes de cáncer o de que tengan efectos nocivos sobre la salud humana. La radiación se está usando cada vez más para matar los organismos dañinos en los alimentos lo cual aumenta su tiempo de vida en la estanterías. La radiación no permanece en los alimentos después de que se les da el tratamiento, y comerlos no parece afectar ni aumentar el riesgo de cáncer.


Carne: cocción y conservación

¿Debo evitar las carnes procesadas? Algunos estudios han asociado el consumo elevado de carnes procesadas (embutidos como mortadela y salchichas) con un aumento en el riesgo de cáncer colorrectal y del estómago. No se sabe si esta asociación se debe en parte a los nitritos que se añaden a muchos cortes fríos, jamones y salchichas para mantener el color y evitar el crecimiento bacterial. El consumo de carnes procesadas y carnes conservadas mediante los métodos que emplean el ahumado o el curado con sal aumentan la exposición a agentes que son causantes potenciales de cáncer, por lo que se recomienda limitar el consumo en lo posible.


¿Cómo afecta el riesgo de cáncer la cocción de la carne? Es necesario cocinar las carnes bien para matar los microorganismos dañinos. No obstante, hay algunas investigaciones que indican que al freír, asar o cocinar a la parrilla las carnes a temperaturas muy altas genera sustancias químicas (hidrocarburos aromáticos policíclicos o aminas aromáticas heterocíclicas) que pudieran aumentar el riesgo de cáncer. Estas sustancias químicas pueden dañar el ADN y causar cáncer en los animales, pero no hay certeza hasta qué punto estos químicos (contrario a las otras sustancias en la carne) pueden contribuir al aumento en el riesgo de cáncer colorrectal visto en las personas que consumen grandes cantidades de carne. Las técnicas de cocción como cocinar a fuego lento, cocer al vapor, hervir, guisar y cocinar en microondas producen una cantidad menor de estos químicos.


Obesidad

¿Tener sobrepeso aumenta el riesgo de cáncer? Sí. Tener sobrepeso o padecer obesidad se asocia con un riesgo aumentado de cáncer de seno (entre las mujeres posmenopáusicas), colon, endometrio, esófago, riñón y páncreas, así como probablemente cáncer de vesícula biliar. Puede que también se asocie a un incremento en el riesgo de cáncer de hígado, cuello uterino y ovario, así como el linfoma no Hodgkin, mieloma múltiple y los tipos agresivos del cáncer de próstata.


La investigación sobre si la pérdida de peso reduce el riesgo de cáncer es limitada, pero parte de la investigación sugiere que la pérdida de peso reduce el riesgo de cáncer de seno en mujeres posmenopáusicas y posiblemente otros tipos de cáncer. Debido a otros beneficios a la salud comprobados, se exhorta a que las personas que tienen sobrepeso tomen medidas para bajar de peso y se mantengan. Es importante evitar el exceso de peso en la edad adulta, no sólo para posiblemente reducir el riesgo de cáncer, sino también para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas.


Aceite de oliva

¿Afecta el aceite de oliva el riesgo de cáncer? El consumo de aceite de oliva se ha relacionado con una reducción en el riesgo de enfermedad del corazón. Con respecto al riesgo de cáncer, el efecto de su consumo es neutro en su mayor parte. Aunque el aceite de oliva, el cual tiene un alto contenido de grasa monoinsaturada, es considerado una alternativa saludable a la mantequilla o margarina, aún sigue siendo una fuente concentrada de calorías, y puede contribuir muchas calorías en la alimentación.


Pesticidas y herbicidas

¿Causan cáncer los pesticidas y herbicidas que tienen los alimentos? Los pesticidas y herbicidas pueden ser tóxicos cuando se usan incorrectamente en sitios industriales, agrícolas o de otra índole ocupacional. Aunque las frutas y verduras a veces contienen bajos niveles de estos químicos, existen muchas pruebas contundentes que apoyan los beneficios a la salud en general y los efectos preventivos contra el cáncer que tiene el consumo de frutas y verduras. 

Actualmente no existe evidencia de que los residuos de pesticidas y herbicidas en las bajas dosis que se encuentran en los alimentos eleven el riesgo de cáncer. Aún así, las frutas y verduras deberán lavarse bien antes de su consumo, no solo para aminorar la exposición a estos compuestos, sino para limitar el riesgo de los efectos que las bacterias tienen sobre la salud.


Actividad física

¿Disminuye el riesgo de cáncer al aumentar la cantidad de actividad física? Sí. La gente que tiene actividad física de intensidad moderada a vigorosa está a un riesgo menor de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el de seno, colon y endometrio (recubrimiento del útero), así como los tipos avanzados del cáncer de próstata. Para ciertos tipos de cáncer, el riesgo se reduce independientemente de que la persona pierda peso o no.


La información sobre un efecto directo en el riesgo de otros cánceres es más limitada. Incluso así, la actividad física es un factor clave en lograr y mantener un peso corporal saludable, y tener sobrepeso o padecer obesidad se ha asociado con muchos tipos de cáncer. La actividad física también es útil en reducir el riesgo de enfermedades cardiacas y diabetes, entre otras afecciones.


Fitoquímicos

¿Qué son los fitoquímicos y pueden reducir el riesgo de cáncer? Los “fitoquímicos” se refieren a una variedad de compuestos producidos por las plantas. Algunos de estos compuestos protegen a las plantas contra los insectos o tienen otras funciones esenciales. Algunos tienen efectos antioxidantes o actúan como hormonas tanto en las plantas como en las personas que las consumen. Debido a que el consumo de frutas y verduras se ha asociado a una reducción del riesgo de cáncer, los investigadores están buscando los componentes específicos responsables de este útil efecto. Actualmente no hay evidencia que muestre que los fitoquímicos tomados en complementos sean tan benéficos en el largo plazo como los obtenidos mediante el consumo de frutas, verduras, habas y granos.


Entre ejemplos de fitoquímicos se incluye flavonoides (contenidos en soja, garbanzos y té), carotenoides (contenidos en calabazas moscadas, melones y zanahorias), antocianinas (contenidas en berenjenas y col roja) y sulfitos (contenidos en ajos y cebollas).


Sal

¿Aumenta el riesgo de cáncer el consumo de sal en grandes cantidades? Existe gran evidencia que las alimentaciones basadas en un gran contenido de alimentos curados con sal o preparados en vinagre conllevan un riesgo aumentado de cáncer estomacal, cáncer nasofaríngeo y cáncer de garganta. Dichos alimentos generalmente no conforman gran parte de la alimentación de la mayoría de las personas en los Estados Unidos, pero reducir el consumo de alimentos curados en sal o preparados en vinagre puede que ayude a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.


Existe poca evidencia que sugiera que los niveles de sal usados en la cocción y condimentación de los alimentos, o lo que se añade durante el procesamiento de los mismos en los Estados Unidos afecte el riesgo de cáncer. Lo que sí se sabe es que esto eleva el riesgo de hipertensión arterial y enfermedad cardiaca, por lo que las Guías de Nutrición de 2010 para los Estadounidenses y de la American Heart Association recomiendan limitar el consumo de sal.


Selenio

¿Qué es el selenio, y puede éste reducir el riesgo de cáncer? El selenio es un mineral que ayuda a los mecanismos de defensa antioxidantes de cuerpo. Los estudios en animales han sugerido que el selenio podría proteger contra el cáncer. Un estudio reportó que los complementos con selenio podrían reducir el riesgo de cáncer de pulmón, colon y próstata en los humanos. Pero no se observó que los complementos de selenio redujeran el riesgo de cáncer en un estudio clínico a gran escala, y no existe evidencia general convincente de que los complementos de selenio puedan reducir el riesgo de cáncer.


Los complementos de selenio por lo tanto no se recomiendan, y las altas dosis de éstos deberán evitarse pues solo hay un margen estrecho entre una dosis segura y una dosis tóxica. La dosis máxima de un complemento no debe sobrepasar los 200 microgramos diarios.


Productos de soja

¿Puede la soja reducir el riesgo de cáncer? Al igual que con otras habas y leguminosas, la soja y los alimentos derivados de ésta son una fuente excelente de proteína, conformando una buena alternativa a la carne. La soja contiene varios fitoquímicos, incluyendo isoflavonoides que debilitan la actividad similar al estrógeno, lo cual puede que sea útil para proteger contra los tipos de cáncer hormonodependientes. Existe evidencia en aumento que comer alimentos tradicionales de soja como el tofu puede que reduzca el riesgo de desarrollar cáncer de seno, próstata y endometrio (recubrimiento del útero), y hay algo de evidencia que puede que reduzca el riesgo para otros tipos de cáncer. Se desconoce que esto se deba ya sea para alimentos que contienen proteína de soja o proteína texturizada vegetal.


Hay pocos datos que respaldan el uso de complementos de fitoquímicos de la proteína de soja para reducir el riesgo de cáncer de seno.


Azúcar

¿Aumenta el azúcar el riesgo de cáncer? El azúcar aumenta la ingestión de calorías sin proveer ninguno de los nutrientes que pueden reducir el riesgo de cáncer. Al fomentar la obesidad, un alto consumo de azúcar puede indirectamente aumentar el riesgo de cáncer. El azúcar blanca (refinada) no es distinta al azúcar morena (sin refinar) o a la miel con respecto a estos efectos en el peso corporal o los niveles de insulina en el cuerpo. Limitar el consumo de comidas con un alto contenido de azúcar como los pastelillos, dulces, galletas y cereales azucarados, así como las bebidas azucaradas como las gaseosas y bebidas energéticas endulzadas con azúcar puede ser útil en reducir la ingesta calórica.




¿Tomar té verde o negro puede reducir el riesgo de cáncer? El té es una bebida que resulta de la infusión de las hojas, brotes o pequeñas ramas de la planta de té (Camellia sinensis). El té negro, verde, blanco, pu-erh y de otras variedades provienen de la misma planta, pero reflejan distintas formas en que estas variedades son procesadas.


Algunos investigadores han propuesto que el té podría proteger contra el cáncer debido a su contenido de antioxidantes, polifenol y flavonoides. En los estudios realizados con animales, algunos tipos de té (incluyendo el té verde) han demostrado que reducen el riesgo de cáncer, pero los hallazgos de los estudios hechos en humanos son mixtos. Los resultados de las pruebas de laboratorio han sido prometedores, y tomar té forma parte de muchas gastronomías, pero actualmente no hay evidencia que respalde la reducción del riesgo de cáncer como una razón central para tomar té.


Grasas trans

¿Aumentan las grasas trans el riesgo de cáncer? Las grasas trans se producen cuando los aceites vegetales son hidrogenados para generar aceites como margarina o manteca, los cuales permanecen solidificados a temperatura ambiente. Las grasas trans elevan los niveles de colesterol en la sangre y aumenta el riesgo de enfermedades del corazón. Pero su relación con el riesgo de cáncer aun no ha sido determinada.


No obstante, las Guías de Nutrición de 2010 para los Estadounidenses, así como las de la American Heart Association recomiendan limitar o evitar las grasas trans, debido a su efecto en el riesgo de afecciones cardiacas.

Cúrcuma y otras especias


¿Puede la cúrcuma y otras especias reducir el riesgo de cáncer? Se está llevando a cabo investigación para determinar si la cúrcuma puede afectar el crecimiento del cáncer. Otras especias también están siendo estudiadas por sus posibles efectos contra el cáncer, entre las cuales se incluye la capsaicina (pimiento rojo), el comino y el curry.Pero los estudios en humanos que analizan los efectos a largo plazo de las especias sobre las enfermedades como el cáncer no son muy completos en la actualidad.


Frutas y verduras

¿Disminuye el riesgo de cáncer el consumo de frutas y verduras? Sí. La contundencia de la evidencia de que comer frutas y verduras disminuye el riesgo de cáncer se ha debilitado recientemente a medida que más estudios no han encontrado efectos, o que observaron efectos débiles sobre la enfermedad, pero la evidencia general sugiere un poco de reducción del riesgo para varios tipos de cáncer. Esto incluye el cáncer de pulmón, boca, faringe (garganta), laringe (caja sonora de la voz), esófago, estómago, colon y recto.


Los tipos de frutas y verduras que puede que reduzcan el riesgo de ciertos tipos de cáncer pueden variar. No se sabe cuáles de los muchos compuestos en las frutas y verduras son los más propensos a proteger contra el cáncer, así como tampoco las diversas frutas y verduras puede que sean fuentes ricas de distintos fitoquímicos que puede que reduzcan el riesgo de cáncer.


Estudios recientes sugieren que comer más frutas y verduras puede que también ayude a disminuir el riesgo de padecer obesidad, lo cual es propenso a tener un efecto indirecto sobre el riesgo de cáncer. El mejor consejo es comer diariamente por lo menos una cantidad equivalente a 2½ tazas de una gama de frutas y verduras.


¿Existe alguna diferencia en el valor nutricional entre las frutas y verduras frescas, congeladas y enlatadas? Sí, pero todas las opciones pueden ser buenas. Por lo general se considera que los alimentos frescos son los de mayor valor nutricional (y a menudo, los de mejor sabor también). Sin embargo, los alimentos congelados de hecho pueden ser más nutritivos que los frescos porque a menudo se cosechan cuando están maduros y se congelan rápidamente (los alimentos frescos pueden perder algunos de sus nutrientes en el periodo que transcurre entre la recolección y el consumo).


El enlatar los alimentos probablemente reduce más los nutrientes sensibles al calor y al agua debido a las altas temperaturas necesarias durante el enlatado. Tenga en cuenta que algunas frutas se empacan en almíbar espeso y algunos vegetales enlatados tienen un alto contenido de sodio (sal). Elija sus frutas y verduras en una combinación de diversas formas.


¿Cómo afecta la cocción el valor nutricional de las verduras? Hervir las verduras, especialmente durante largos periodos, puede eliminar las vitaminas que son solubles en agua. Algunos de los fitoquímicos benéficos potenciales son solubles en grasa, por lo que saltearlos en aceite puede que aumente la disponibilidad de estos compuestos. En general, la cocción puede desprender ciertas paredes celulares vegetales y hacer que los nutrientes y otros fitoquímicos estén más disponibles para su absorción.


Cocinar los alimentos en el horno de microondas o al vapor puede ser la mejor manera de preservar el contenido nutricional de los vegetales. Comer los vegetales en crudo, como en las ensaladas, también conserva su contenido nutricional. Junto con la recomendación general de consumir una amplia gama de verduras, el empleo de distintos métodos de cocción también puede resaltar la disponibilidad de muchos nutrientes y fitoquímicos durante el consumo.


¿Se recomienda extraer el jugo de las frutas y verduras para beberlo? La extracción de jugo puede añadirle variedad a su alimentación y ser una buena manera de consumir frutas y verduras, especialmente si tiene problemas para masticar o tragar. Extraer el jugo también facilita la absorción de algunos de los nutrientes de las frutas y verduras. No obstante, los jugos contienen menos cantidad de fibra y pueden no saciar igual que comer las frutas y verduras enteras. Los jugos de frutas en particular pueden llegar a contribuir un gran número de calorías, particularmente si la persona los bebe en gran cantidad. Busque que los productos comerciales de jugos de frutas y verduras sean de jugo 100% y que sean pasteurizados para la eliminación de las bacterias.


Dietas vegetarianas

¿Reducen el riesgo de cáncer las dietas vegetarianas? Las dietas vegetarianas pueden brindar muchos beneficios para la salud. Éstas tienden a ser bajas en grasas saturadas y altas en fibra, vitaminas y fitoquímicos, y excluyen el consumo de carnes rojas y procesadas. Por lo tanto, es razonable sugerir que una alimentación vegetariana puede que fomente una disminución del riego de cáncer.


La certeza es menor sobre si una dieta vegetariana brinda algún beneficio en específico contra el cáncer en comparación con las alimentaciones que incluyen pequeñas cantidades de alimentos de origen animal que son típicamente consumidas en el mundo occidental.

Las dietas vegetarianas estrictas que evitan todo tipo de producto animal, incluyendo la leche y los huevos, referidas como “vegan” se pueden beneficiar al agregar algún complemento con vitamina B12, zinc y hierro, especialmente para los niños y las mujeres posmenopáusicas.. Estas dietas también deben incluir suficiente calcio, pues las personas que son estrictamente vegetarianas con un bajo consumo de calcio han mostrado estar a un riesgo mayor de fracturas de huesos en comparación con las personas que tienen una dieta vegetariana no estricta, o la alimentación que incluye carne.


Vitamina A

¿Disminuye la vitamina A el riesgo de cáncer? La vitamina A (retinol) se obtiene de los alimentos mediante dos formas: puede tomarse como vitamina A proveniente de alimentos de origen animal, o puede ser producida por el cuerpo del betacaroteno u otros carotenoides en alimentos de origen vegetal. La vitamina A es necesaria para mantener los tejidos saludables.

Los complementos de vitamina A no han demostrado que reduzcan el riesgo de cáncer, y los suplementos que contienen altas dosis de esta vitamina pueden, de hecho, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en los fumadores y los ex-fumadores,


Vitamina C

¿Disminuye la vitamina C el riesgo de cáncer? La vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras, especialmente en naranjas, toronjas y pimientos. Muchos estudios han establecido una asociación entre el consumo de los alimentos ricos en vitamina C con un riesgo menor de cáncer. Sin embargo, los pocos estudios en los que se administró complementos con vitamina C no demostraron una reducción en el riesgo de cáncer.


Vitamina D

¿Disminuye la vitamina D el riesgo de cáncer? Hay evidencia en aumento proveniente de estudios con grandes grupos de personas bajo observación que sugieren que la vitamina D puede que ayude a prevenir el cáncer colorrectal, pero hasta el momento la evidencia no respalda una relación con otros tipos de cáncer.


Se están llevando a cabo estudios a gran escala, pero los resultados no estarán disponibles durante varios años
.

El Instituto de Medicina recientemente incrementó el consumo diario de vitamina D en sus recomendaciones, en función de los niveles requeridos para la salud ósea, de 400 a 600 unidades internacionales por día para la mayoría de los adultos, y a 800 unidades internacionales para las personas mayores de 70 años. El límite superior diario de lo que es considerado como seguro se elevó también de 2000 a 4000 unidades internacionales.

La vitamina D se obtiene a través de la exposición de la piel a la radiación ultravioleta (UV) y mediante la alimentación, especialmente de productos fortificados con vitamina D, tal como la leche y los cereales, así como los complementos. Pero muchas personas en los Estados Unidos no están obteniendo suficiente vitamina D y están en riesgo de una descompensación por deficiencia, especialmente las personas de piel morena, aquellos con muy poca exposición a la luz solar, los ancianos y los bebés que son amamantados exclusivamente.


Vitamina E

¿Disminuye la vitamina E el riesgo de cáncer? El alfa-tocoferol es la forma más activa de vitamina E en los humanos y es un antioxidante poderoso. Un estudio mostró que los hombres fumadores que tomaron alfa-tocoferol tuvieron un menor riesgo de cáncer de próstata en comparación con aquellos que tomaron un placebo. Esto derivó en un estudio de gran escala (conocido como SELECT) que analizó los efectos del selenio y complementos de vitamina E sobre el riesgo de cáncer de próstata. Pero el estudio reportó que estos complementos no disminuyeron el riesgo de cáncer de próstata. En todo caso, los hombres que tomaron el complemento de vitamina E puede que hayan incrementado su riesgo.


Otro estudio de gran escala (conocido como HOPE) analizó el riesgo del cáncer y enfermedad cardiaca con un consumo de complementos de vitamina E en comparación con el consumo de un placebo. No hubo diferencia en los tasas de cáncer ni enfermedad del corazón entre ambos grupos. Las tasas de deficiencia cardiaca incluso fueron mayores entre aquellos que tomaron los complementos de vitamina E.


Los complementos de vitamina E no se recomiendan con el objetivo de reducir el riesgo de cáncer o enfermedades crónicas, aunque los alimentos que contienen vitamina E, incluyendo las nueces y algunos aceites insaturados, pueden ser sanos y han propiciado una reducción del riesgo de enfermedades del corazón.


Fuentes: http://m.cancer.org/

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